ESCULTURA
En los últimos años, Juan AYESTA ha realizado algunas incursiones en el ámbito de la escultura. Esto es consecuencia del desarrollo natural de su práctica artística, puesto que en pintura llevaba ya muchos años experimentando con la tercera dimensión, saliéndose de los límites del soporte bidimensional pictórico.
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Con un recorrido plástico formal entre abstracción y figuración, se ha movido el artista para su búsqueda artística personal y también como respuesta a demandas concretas de proyectos escultóricos. Lo cual le ha llevado a explorar diversos caminos, materiales y procesos: alambre, hormigón, hierro fundido y aluminio fundido.
OBRAS
ALUMINIO
En las últimas y recientes obras escultóricas, el artista ha seguido trabajando sobre la condición humana, representando la figura humana en momentos de reflexión, de quietud o también de dialogo entre figuras, desarrollando un conjunto de piezas de dimensiones domésticas, ejecutadas en fundición de aluminio. Se podría decir que estas obras son parte de una serie evolutiva que nace a partir de los trabajos y reflexiones en torno a la introspección.
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Una de las características de esta serie de piezas es que cada una de las esculturas es pieza única, ya que la obra original del artista se destruye en el proceso de fundición del modelo.
HIERRO
Un encargo abierto de obra escultórica, sirve al artista para desarrollar su creatividad y como una oportunidad para explorar nuevos caminos. En esta ocasión, la escultura se ejecuta en hierro fundido, decidido por el artista, siendo la primera obra que realiza en ese material y proceso.
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El resultado, llamado ARA, es un conjunto escultórico formado por dos piezas de 3,5 metros de altura y cuatro toneladas de peso que dialogan entre sí. De naturaleza figurativa sintética la escultura es un canto a la Introspección, esa mirada interior consustancial al ser humano, que sirve como alegoría de la última etapa de la vida.
HORMIGÓN
Como respuesta a un encargo de proyecto escultórico y con plena libertad para crear, tiene la oportunidad de probar y experimentar con materiales con los que nunca ha trabajado. Así aparece el hormigón para una obra escultórica permanente a cielo abierto.
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El fruto de este proceso se materializa en la escultura FHORMAK, un conjunto de trece piezas independientes de hormigos armado, formas superpuestas en dos niveles sobre un muro, con una longitud de dieciséis metros y cinco toneladas de peso. Una obra de naturaleza abstracta, que conceptualiza y pone en valor la evolución de las organizaciones humanas, a través del dialogo visual entre formas orgánicas dinámicas.
ALAMBRE
Tras unos primeros tanteos, en 2016 realiza unas primeras aproximaciones volumétricas con alambre, tomando como referencia la figura humana, puesto que en pintura no es tema que le haya motivado al artista para crear.
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Posteriormente, utiliza igualmente alambre recocido para experimentar con el movimiento tridimensional de la linea en el espacio, en lo que llama “escultografías”. Surgen algunas piezas, claramente conceptuales, de naturaleza abstracta, donde el artista se mide con el dinamismo del espacio delimitado por la linea, a la vez que reflexiona sobre lo ligero e inerte.